Al ver este cuadro torcido en el Museo de la Felicidad de Madrid me acordé de vosotras, queridas PAS, porque es el típico ejemplo que suelo poner a la hora de explicar que las personas altamente sensibles captamos detalles y sutilezas. En este caso, no se trata de un cuadro sutilmente torcido, sino que es muy evidente y nos trae una preciosa enseñanza.
¿Quieres saber cuál es? Te la cuento a continuación:
Si nos molesta que el cuadro esté torcido, la sugerencia de Pablo Claver (director del citado museo) es que nos centremos en el contenido de la obra artística. Y lo mismo se aplica a las personas cercanas a las que nos cuesta tratar. Pablo nos sugiere que podamos poner nuestra atención en sus virtudes, las cosas que hacen bien, sus gestos generosos, etc. y dejar de fijarnos en sus supuestos defectos. De esta forma, la dinámica de la relación mejorará y será más positiva.
¿Qué opinas sobre esta recomendación, siendo PAS? Te animo a compartir.
Rosario Jiménez.